Fracaso de gestión del gobierno hunde a Venezuela
La severa escasez de productos básicos, las protestas de opositores y la represión gubernamental colocan al país en una tensión permanente
Con información de Excelsior
El diario Excelsior de México realizó trabajo especial con el título Venezuela se hunde en crisis, donde realiza análisis de la situación política, económica y social de Venezuela
A casi dos años de que Nicolás Maduro asumió el cargo de presidente de Venezuela, el país atraviesa un muy complicado momento económico y social que dio marco a un incremento de la violencia y la represión, como lo aseguró en su informe de 2014 Human Rights Watch (HRW).
Muchos venezolanos salieron a las calles a exigir cambios de fondo, hubo enfrentamientos con la policía y muertos, pero parece que nada se logró.
El gobierno redobló sus esfuerzos contra los líderes de la oposición, muchos de cuyos personajes clave están ahora en prisión y enfrentan cargos por instar a la violencia, atentar contra la paz del país y orquestar un intento de golpe de Estado.
Para la exdiputada y hoy lideresa opositora María Corina Machado la situación es simple: “más de 85% de los ciudadanos claman por un cambio político, ya que en Venezuela existe una dictadura militar que tiene vínculos con el crimen organizado internacional, por lo tanto es nuestro derecho y deber plantear el remplazo del régimen lo antes posible”, dijo en entrevista con Excélsior.
Y aunque figuras de la oposición luchan por un cambio por la vía democrática, el futuro es incierto.
Venezuela es un país que actualmente atraviesa una crisis económica severa, su gente padece la escasez de productos básicos, pero “es la consecuencia de un modelo que vivió de las importaciones y dejó de tener dólares”, aseguró a este diario el director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO), Roberto Briceño.
La crisis económica de Venezuela no es un problema que Maduro haya ocasionado. Briceño describió al mandatario como un “heredero” que asumió el poder y eso incluyó “un modelo que destruyó la economía privada del país usando el ingreso petrolero para importar bienes del exterior y destruir la producción nacional”.
Para 2014, en Venezuela se comenzaron a ver los síntomas de lo que sería una gran enfermedad; la inflación se mantuvo por encima de 60%, según el Banco Central del país, aunado al incremento de precios en los transportes y los alimentos, la falta de productos básicos y la delincuencia.
David Smilde de la Oficina en Washington para América Latina aseguró a este rotativo que hace dos años, cuando Maduro tomó las riendas del gobierno, se vaticinaba la necesidad de reformas económicas, pero no ha tomado ninguna. Para Smilde, se puede entender que al ser designado por el fallecido presidente Hugo Chávez como su sucesor “es muy difícil que (Maduro) agarre su propio camino por estar atado a las políticas de Chávez”.
Pero Venezuela no sólo enfrenta un problema de índole económico. La violencia generalizada se encuentra cada vez más presente y según Briceño lo que se vive en el país es “un desangre general” con cerca de 25 mil homicidios el año pasado.
La persecución
Las manifestaciones de 2014 emanaron de la ciudad de San Cristóbal, capital de Táchira, y se extendieron a otras ciudades venezolanas. La agitación de los opositores los colocó en la mira del gobierno del presidente Maduro y comenzó la persecución.
El primero en caer fue Leopoldo López, del partido Voluntad Popular, el 12 de febrero de 2014, quien se entregó voluntariamente después de ser acusado por el gobierno de incitar a la violencia.
Durante marzo de ese año, el gobierno detuvo a los alcaldes de las ciudades de San Diego, Enzo Scarano y de San Cristóbal, Daniel Ceballos, por no atender al llamado a controlar las protestas en sus respectivas ciudades.
Posteriormente, Machado fue desaforada por orden del Tribunal Supremo de Justicia porque aceptó ser representante alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos, sin autorización. A finales de ese año fue citada por el Ministerio Público acusada de planear un magnicidio.
En lo que va del año el gobierno de Maduro continúa con las mismas medidas en contra de la oposición y el pasado 19 de febrero elementos del Servicio Bolivariano de Inteligencia detuvieron al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. Días después, la bancada oficialista de la Asamblea Nacional inició el proceso para desaforar al diputado opositor, Julio Borges. Ambos funcionarios están acusados de conspiración contra el gobierno venezolano.
Machado afirmó que actualmente en Venezuela hay mucha gente en prisión sin orden judicial y sin haber cometido algún delito, ya que “este régimen, haciendo uso del poder del ejecutivo, tomó control de todos los órganos del poder público infiltrando las fuerzas armadas y poniéndolas inconstitucionalmente al servicio de un proyecto político”.
Dadas las detenciones de este año, nuevamente la gente salió a protestar y justo en la ciudad de San Cristóbal los disturbios terminaron con la muerte de un estudiante de 14 años.
Smilde afirmó que “el gobierno hace todo lo posible para tratar de distraer la atención de su propia gestión diciendo que posiblemente hay un golpe (de Estado), todos los días hay una nueva teoría de conspiración, entonces esto ha llevado a una crisis política, que tiene como base una crisis económica y la dificultad que tiene este gobierno para superarla”.
Las elecciones parlamentarias en Venezuela están programadas para finales de este año, aunque no confirmadas. La oposición ve en los comicios el medio idóneo para que se suscite un cambio en el país, pero Briceño asegura que esto dependerá del comportamiento del gobierno.
El panorama electoral venezolano es complejo y durante estos días algunas voces en la oposición, como el gobernador del estado de Miranda Henrique Capriles, aseguraron que Maduro es capaz de suspender las próximas elecciones.
Maduro respondió que “llueva, truene o relampagueé” en Venezuela se celebrarán las elecciones parlamentarias, y aseguró que el chavismo obtendrá “una gran victoria”, según El Nacional.
Pero esa afirmación contrasta con los resultados de la encuestadora Datanálisis, que muestran que 80% de la población considera que la situación del país es negativa y que 62.3% desaprueban la gestión del Presidente.
Machado afirmó que “la población ha perdido toda la confianza en que Maduro y el régimen sea capaz de resolver los problemas, sabemos que no tiene ni la capacidad ni la voluntad ni la autoridad para hacer los cambios que el país amerita”.
La situación social en Venezuela cada día es más tensa debido al empeoramiento de las condiciones de vida, además los ciudadanos están exigiendo cambios a su gobierno, pero no hay soluciones claras. Según Briceño está latente “la sensación de que algo malo puede pasar”, refiriéndose a una crisis mayor (de alimentos, medicamentos, atención en salud, etcétera), pero también un estallido social “que la gente diga, ya no más, ya basta”.