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Inseguridad en UDO Anzoátegui genera zozobra y renuncia

La golpiza propinada a Roger Cabrera, estudiante de Ingeniería Mecánica,ante la mirada de un funcionario policial, provocó la ira de la comunidad estudiantil y la renuncia del profesor Carlos Millán Verde

Niurka Franco

Cursar estudios en la Universidad de Oriente, Núcleo Anzoátegui, constituye hoy una verdadera proeza de acuerdo con lo dicho por miembros de la comunidad estudiantil, quienes advierten que en el campus universitario la realidad no es distinta a la que exhibe el país, donde la fuerza y la agresión se imponen sobre la razón.

La renuncia del profesor Carlos Millán Verde,  el pasado 19 de enero, puso en evidencia la grave crisis que confronta la casa que vence las sombras en la entidad y que mantiene en zozobra a la comunidad en pleno.

En una misiva,  el profesor Millán Verde, quien desde 1994 se ha dedicado ala formación académica y a la siembra de valores, expone claramente a las autoridades de la UDO, los motivos que le llevaron a plantear su retiro del que considera “un terrible lugar de trabajo”, condicionando su retorno a una serie de acciones que por lógica, deberían estar garantizadas. He aquí los aspectos:

  1. Que los antisociales que golpearon salvajemente al estudiante Roger Cabrera, sufran las sanciones que amerita el caso y que suceda lo mismo con cualquier miembro de la comunidad universitaria, que haga uso de la violencia para cualquier fin.
  2. Que los antisociales que secuestran nuestros espacios universitarios sean sacados de sus guaridas y que estos espacios sean devueltos a las organizaciones que les daban su debido uso.
  3. Que se garanticen nuestros bienes básicos y el resguardo de nuestras vidas, tal como reza el artículo 7 de la Ley de Universidades vigente.
  4. Que las cámaras de seguridad brinden el servicio de vigilancia, alerta y sus grabaciones permitan sustentar cualquier percance en nuestro campus.

Concluye el docente recalcando que “si no se nos puede garantizar las condiciones mínimas para lograr llevar con paz y seguridad nuestra labor, y se siga permitiendo un clima donde la impunidad, los delincuentes y la injusticia sigan reinando en un lugar que por excelencia, debería ser el recinto de la civilidad, la decencia y el futuro del país, será un placer retirar mis servicios”.

Estudiantes de acuerdo

La reacción del profesor Millán Verde, inundó de comentarios las redes sociales. La mayoría de los estudiantes que hacen vida en la UDO Anzoátegui, rechazan la violencia y claman por mayor seguridad. De hecho, el pedimento de quienes se atrevieron a dar su punto de vista, fue que mantuviéramos su identidad en el anonimato, por temor a represalias.

“Tuve que retirar dos materias nocturnas  y quedar sólo con dos durante el semestre, porque me atracaron dos veces en un mes, fue rudo, pero pensé o retiro  las materias o pierdo la vida. Creo que venció el miedo y me decidí por la primera opción”, comenta un alumno de la Escuela de Ciencias Administrativas. 

Testimonios sobre la situación de inseguridad que priva en la máxima casa de estudios del estado abundan, tanto que podríamos publicar cientos de ellos, dando detalles acerca de saqueos, hurtos, agresiones a estudiantes y profesores, sin que se haya conocido hasta ahora  un solo caso de sanción contra los supuestos “estudiantes” que mantienen a la comunidad udista en jaque.

Presencia policial ¿para qué?

Recientemente con autorización de la Decana del Núcleo UDO Anzoátegui, María Teresa Lattuca, se acordó la presencia policial 24 horas en el recinto universitario, con la intención de paliar el problema interno, sin embargo, no toda la comunidad estudiantil ha estado de acuerdo con esta decisión que según advierten, no les fue consultada.

“Me pregunto si realmente disminuirán los delitos como asaltos, hurtos y saqueos por el hecho de que la policía esté dentro de la Universidad, no me parece. Particularmente siento mucho temor, porque sabemos que antes estuvieron y nada cambió, al contrario y después de lo que hemos vivido en las protestas con uniformados, creo que están poniendo gatos a cazar ratones, precisó una joven estudiante de Básico, quien además califica de “insólito” la existencia de un barrio dentro de la UDO.

“Eso solo sucede aquí “(en la UDO) comenta otra joven, alumna de ingeniería de Petróleo. “Tiene usted que verlo, hay niños pidiendo descalzos en los pasillos, muchas veces son enviados por los propios padres a pedir dinero, una realidad triste, porque esos muchachitos deberían estar estudiando, pero bueno así están las cosas”. 

La agresión al estudiante de Ingeniería Mecánica, Roger Cabrera fue comentado por sus compañeros a través de las redes y acusan que no es el primero, pero depende de las autoridades universitarias que sea o no el último.

Se conoció por el propio profesor Carlos Millán, quien así lo hizo público, que el agresor continúa transitando tranquilamente por la universidad, sin que se le haya aplicado sanción alguna. “La realidad indica que dentro de la Universidad está imperando la Ley del más fuerte y que las autoridades se muestran débiles ante grupos que todos conocen, pero nadie denuncia por temor, lo que está contribuyendo a crear un clima de total zozobra”, advirtieron estudiantes.