¡Cuidado al pasar el puente, no sea que se caiga!
El síndrome del puente roto se apodera de los anzoatiguenses cada vez que deben atravesar una estructura, sea a bordo de automotores o a pie, porque muchas de ellas infunden miedo
Niurka Franco
El desplome del puente Mayorquín III con saldo lamentable de dos jóvenes fallecidos, constituyó un alerta para las autoridades regionales, porque de acuerdo a información aportada por lugareños, la estructura cedió “por exceso de uso, abusos y falta de mantenimiento”, dijo Mercedes Moreno, habitante del sector.
Algunas personas que habitan en la zona rural de Puerto La Cruz, afirman que se sienten desprotegidos, no sólo por la falta de mantenimiento, sino además por la ausencia de alumbrado público y el grave estado de la vialidad.
Observan que el desplome del puente se veía venir, “no hay que ser ingeniero para saber que el paso de carros camiones y gandolas cargadas sobre un puente débil, al que ni siquiera se le hace mantenimiento, en algún momento lo echan abajo y eso fue lo que pasó”, comentó un vecino tras afirmar que desde hace cinco días se está quedando en casa de familiares en Barcelona, porque quedaron prácticamente incomunicados.
Síndrome del puente roto
Quienes transitan por el llamado “puente de hierro” sobre el río Neverí, ubicado en la avenida Costanera, a la altura del Centro Comercial Camino Real, deben tener especial cuidado, sobre todo cuando llueve, porque las láminas metálicas se tornan resbaladizas, en tanto que las juntas que enlazan la estructura con la vía de concreto, se levantan y dañan los cauchos, generando un gran dolor de cabeza, ya es sabido que en el país no se consiguen neumáticos.
“En la noche hay que pasar con cuatro ojos, afirma David Hidalgo, habitante de Nueva Barcelona, quien refiere que se necesita mayor iluminación, no sólo por la inseguridad, sino además porque muchas veces la estructura presenta fallas y no pueden ser percibidas a simple vista.
Aunque en durante la gestión de Tarek William Saab, a finales de 2012, se inauguró un puente de concreto Américo Silva, con tres canales de circulación para vehículos, el paso peatonal no fue concluido, de ahí que personas con discapacidad e incluso otros que sientan temor a la altura, no pueden atravesarlo porque amigos de lo ajeno, ya han comenzado a desprender la cerca protectora.
Un puente que no hace honor a su nombre
El puente que lleva el nombre del Libertador y data de 1817 fue escenario para un abrazo de reconciliación entre Bolívar y José Francisco Bermúdez. Hoy, 198 años después, es pasadizo obligado de centenares de peatones que deambulan en busca de alimentos, movidos por la escasez, sin percatarse que las centenarias bases demandan restauración.
Cargaron con las barandas
Aunque a diario es transitado por miles de vehículos y caminantes, el puente Monagas, es otra de las estructuras que requiere con urgencia de un cariñito. Delincuentes cargaron con todas las barandas de aluminio y en su lugar sólo quedaron los tornillos que otrora las sujetaban, mientras en el centro la estructura exhibe los embates del tiempo y corrosión.
El presidente del Colegio de Ingenieros del estado, Freddy López al ser consultado sobre la situación de los puentes en la zona norte, manifestó que justamente tienen previsto algunas reuniones en los próximos días con representantes del sector oficial, para tratar esta problemática, cuya solución a todos beneficiaría.