Decenas de políticos sospechosos en escándalo por corrupción en plena campaña electoral de Brasil
Trabajo especial publicado por el portal de noticias de Uruguay Adinet, en colaboración con la Agencia Internacional de Noticias AFP.
En plena campaña electoral en Brasil, el exdirector de la petrolera estatal Petrobras Paulo Roberto Costa, preso por lavado de dinero, delató un amplio sistema de corrupción que compromete a parlamentarios, especialmente de la coalición de la presidenta y candidata, Dilma Rousseff.
Las dos principales rivales en la contienda presidencial, Rousseff y la ecologista Marina Silva, cuya agrupación también fue aludida por Costa, dijeron que aguardarán las conclusiones de las investigaciones.
En plena campaña electoral en Brasil, el exdirector de la petrolera estatal Petrobras Paulo Roberto Costa, preso por lavado de dinero, delató un amplio sistema de corrupción que compromete a parlamentarios, especialmente de la coalición de la presidenta y candidata, Dilma Rousseff.
Las dos principales rivales en la contienda presidencial, Rousseff y la ecologista Marina Silva, cuya agrupación también fue aludida por Costa, dijeron que aguardarán las conclusiones de las investigaciones.
Según informaciones de prensa, en un interrogatorio realizado por la Policía Federal, Costa acusa al menos a medio centenar de parlamentarios de partidos de gobierno de haber recibido sobornos por contratos.
De acuerdo con el periódico opositor Folha de Sao Paulo, se trata de 49 diputados, 12 senadores y un gobernador que militarían en el oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y en sus aliados PMDB (centroizquierda) y Partido Progresista (PP).
Entre los implicados, según informó este sábado el semanario Veja, de línea opositora al gobierno, estarían el presidente del Senado, Renán Calheiros, el presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Alves, ambos del PMDB, el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, y autoridades de estados donde Petrobras tiene inversiones, uno de ellos el hoy fallecido exgobernador de Pernambuco y excandidato presidencial, Eduardo Campos, del Partido Socialista (PSB). Alves y Lobao negaron las acusaciones.
Contactada por la AFP, la Policía Federal se abstuvo de hacer comentarios.
- Candidatos piden prudencia -
En declaraciones a la prensa, la presidenta Rousseff, candidata del PT, dijo que primero conocerá bien cuáles son las informaciones entregadas para luego tomar las medidas que correspondan.
En tanto, Marina Silva, que asumió la candidatura del PSB tras la muerte de Campos en un accidente aéreo, también apeló a la prudencia. "El hecho de que haya habido un emprendimiento en Petrobras en el estado de Campos, no da derecho a nadie a incluirlo en la lista de quienes cometieron irregularidades", dijo Silva, favorita para vencer a Rousseff en segunda vuelta.
Por su parte, el socialdemócrata Aécio Neves, tercero en las preferencias, si bien exigió sanción para los responsables, pidió tener "mucho cuidado" con realizar afirmaciones sin conocer detalles de las denuncias.
Las confesiones de Costa ocurren bajo un régimen de confesión que le permitiría obtener beneficios judiciales. Su declaración fue enviada al Tribunal Supremo Federal, que deberá decidir si valida o no este acuerdo.
- Comisión de 3% -
Costa explicó que los legisladores involucrados recibían comisiones de 3% sobre el valor de los contratos firmados por Petrobras, entre 2004 y 2012, cuando él ocupaba el cargo de director de refinación y abastecimiento de la petrolera. "Todo el día tenía un político tocando a mi puerta", habría dicho.
Según Veja, para tener acceso a millonarios contratos con Petrobras, un grupo de empresas se comprometía a pasar parte de sus ganancias a una organización de lavado de dinero, y éstas eran luego repartidas entre políticos y partidos de la llamada "base de apoyo al gobierno".
Costa es investigado como parte de la operación "Lava Jato" (Lavado Express), que desbarató una red de lavado de dinero y corrupción, acusada de mover 4.500 millones de dólares.
- ¿Problema electoral? -
Debido a la falta de confirmaciones oficiales, es difícil prever las consecuencias de este escándalo en las elecciones generales del 5 de octubre. Si estas acusaciones se confirman, las revelaciones jugarán en contra de Rousseff, considerando la importante tutela ejercida por Brasilia sobre Petrobras.
Por su parte, Silva ha prometido una "nueva política", desmarcándose de la practica de los grandes partidos, y surfea hábilmente sobre la ola de la protesta social anti-sistema de los jóvenes brasileños, iniciada en junio de 2013, contra el deficiente estado de los servicios públicos y la corrupción.
Si bien durante su mandato Rousseff apartó a varios ministros sospechosos de corrupción, nadie olvida el "mensalão", escándalo de compra de votos en el Congreso durante el primer gobierno de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.
El caso de Costa es solo el último de una larga serie de problemas que están afectando a Petrobras.
Las sospechas de sobornos y la polémica por la supuesta compra sobrevalorada de una refinería en Pasadena (Texas, EEUU) han puesto en aprietos a la gigantesca petrolera brasileña, complicando incluso a la propia Rousseff.
El intervencionismo del gobierno en la gestión de la compañía, que ha perdido miles de millones de dólares en valor de mercado en los últimos cinco años, recibe fuertes críticas de la oposición.
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