El contrabando de gasolina entre Venezuela y Colombia sigue imparable
Más de 50.000 barriles diarios en la frontera
BOGOTÁ, 15 Sep. (Notimérica/EP) -
La gasolina se ha convertido en una forma de inversión en Venezuela. El comercio ilegal en la frontera con la vecina Colombia es un fenómeno imparable que siembra las carreteras de numerosos puntos donde se vende y compra combustible a plena luz del día.
Así, el precio subsidiado de la gasolina en Venezuela unido al coste más alto del combustible en Colombia hace que la reventa y el contrabando se extienda por ciudades como Sinamaica o Paraguachón, donde las comunidades viven del trafico ilegal, informa el diario venezolano 'El Universal'.
Los precios, que señalan los propios vendedores con carteles, oscilan entre los 400 y 800 bolivares (64,6 a 129 dólares) por una garrafa de 20 litros. Se calcula que los vendedores, gracias a los subsidios, obtienen el combustible a un precio muy bajo, unos 2 bolívares por los 20 litros, por lo que las ganancias son muy altas, en torno a 40 bolívares por cada litro que comercian.
Por su parte, los interesados detienen su vehículo en la cuneta de la carretera y sonabastecidos mediante una manguera, a modo de gasolinera improvisada. De la misma forma, hay ciudadanos venezolanos que realizan la operación contraria, así, llegan a la frontera cargados de gasolina y los 'bachaqueros' extraen el depósito que posteriormente se vende a los clientes colombianos.
Según el diario, este tráfico de combustible colapsa las vías de comunicación en la frontera; así, en zonas como Paraguaipoa se estanca la circulación entre los vehículos, particulares y de carga que en este punto se juntan.
El Gobierno venezolano es consciente del contrabando y reconoce el fenómeno, de hecho, las estimaciones institucionales cifran entre 50.000 y 100.000 los barriles que salen diariamente de forma ilegal. Esto supone pérdidas de 12.592 millones de dólares al año para la economía nacional.
"Nosotros no podemos cruzar para allá. Esa es la tierra de nadie, por eso allí hacen todo tipo de negocio. Hasta gente que está solicitada vive ahí porque nadie los va a buscar", asegura al diario un agente de seguridad que prefirió no ser identificado.