El captahuellas: un súper héroe oficialista contra la escasez
Equipo de redacción
Contra la inseguridad 19 planes terminaron sin éxito, frente a la abstención ni las UBCH funcionaron en la última elección del Psuv. Si es por la turbulencia de la economía nacional, el Plan de la Patria 2013-2019 sigue sin ser contundente, de allí que el turno es para el Sistema Biométrico o Captahuellas, una acción contra la escasez.
Visto como útil para el racionamiento, controversial o defendido, lo cierto es que el gobierno apela a tal sistema considerándolo como antídoto en el marco de su “ofensiva económica”, con miras a verificar la cantidad de compras de los consumidores, estimular una justa distribución de alimentos y atacar el “bachaqueo”, nueva modalidad de compras informales.
En tiempos de anaqueles vacíos y contrabando galopante, el Sistema Biométrico entra en escena como un recurso en medio de controles económicos del Ejecutivo central.
Desde su anuncio por parte del presidente de la República, Nicolás Maduro,no resultó sorpresivo por sectores contrarios a su gestión, pero estalló como granada en el rostro de los seguidores de la Revolución, que también persiguen con lupa los productos regulados inexistentes en abastos, bodegas y comercios de expendio.
El captahuellas aparece como el penúltimo intento gubernamental por evitar una mayor conflictividad, tomando en cuenta la falta de víveres básicos en la dieta del venezolano como la harina de maíz, la mantequilla, leche, entre otros. Tanto como pañales para bebés, hasta una sencilla afeitadora brilla por su ausencia en los estantes de los sitios de venta. ¿Lo resolverá el captahuellas?
“por culpa del No hay”
El diputado de Primero Justicia (PJ) en la Asamblea Nacional por Anzoátegui, Marcos Figueroa, fustiga a Maduro porque "el Presidente de la República, no puede dirigir el país a punta de antojos”.
Figueroa señala que al mandatario “hoy se le ocurre una cosa y mañana otra”,porque “sin importar el tamaño de la sandez que manifieste; la escasez y la falta de alimentos que sufren los venezolanos responde a esa conducta irresponsable”, fustiga.
Otra es la sensación expresada por el Secretario General del Movimiento al Socialismo (MAS), Felipe Mujica, quien cree posible una acción de amparo ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en contra de la medida anunciada.
Mujica expresó que su tolda interpreta al 80 por ciento de la población venezolana: “Rechazamos este intento de ponerle al pueblo una nueva humillación, y castigo nacional en medio de la escasez y además todos los problemas que ya padecemos”, añadió.
Mientras las frases, las descalificaciones, las críticas y confrontaciones siguen aflorando respecto al Sistema Biométrico, las colas continúan en el intento desesperado de la población por obtener lo escaso. Sigue faltando lo habitual en un país rico anclado al ingreso petrolero, pero agobiado por restricciones en la compra de divisas, en importación, en la marcación de precios.
¿Tiene chance de alcanzar éxito el Sistema Biométrico? ¿Cuánto tiempo deberá esperar el venezolano para ver resultados? ¿En cuánto tiempo podrán verse repletos los anaqueles de los supermercados?
Los optimistas están más del lado del oficialismo. Voceros como el presidente del Consejo Legislativo, Nelson Moreno, afirman que defenderán en la calle esta medida. “Es un mecanismo de defensa que tiene el pueblo. Le hacemos un exhorto a los sectores de la oposición, a que eviten acciones de fuerza para perturbar la realización de las actividades en los centros comerciales, abastos,supermercados y establecimientos”, ha sido sus palabras en razón de las protestas anunciadas desde el antimadurismo.
“A la oposición, concentrada en esa derecha apátrida, le es más beneficioso que se mantenga esta guerra económica y así poder sacar saldos políticos, en vez de solucionar el problema en Anzoátegui, por la vía que nos da la ley”.
La novedad socialista es el captahuellas, el “súper héroe” de turno creado con el propósito de mitigar el vértigo de consumidores intranquilos al ver la despensa al borde del vacío, lo que detendrá que se lleven a Colombia toneladas de alimentos, la esperanza de acabar con horas de cola por culpa de “No hay”.