30% de comerciantes de Barcelona han bajado sus santamarías
Según estimaciones de la Cámara de Comercio del municipio capital, el problema de la escasez derivado de la poca producción ha impulsado el desempleo y éste a la buhonería que crece como la espuma
Niurka Franco
Hablar de crisis en Venezuela ha pasado a ser un lugar común y aunque el término es reiterado a través de los medios y redes sociales, sólo nos convencemos de su existencia, al palparla. Esta realidad es percibida por el ciudadano de a pie cada día en su cotidianeidad, cuando sale a comprar el pan y se encuentra con la panadería, cerrada, el abasto casi vacío, la carnicería funcionando como venta de verduras y la farmacia convertida en quincalla.
De acuerdo con lo dicho por Bachar Kobrosly, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, 30 % de los negocios que venían operando en el municipio capital, han bajado sus santamarías, por diversas razones, pero fundamentalmente por no contar con materia prima para operar.
Explica que un problema genera otro y así sucesivamente. “La baja producción obliga a las empresas a cerrar y en consecuencia las personas que allí laboran quedan desempleadas, esos desocupados deben buscar el sustento para su familia, entonces vemos como empiezan a hacer colas para comprar los productos regulados, que luego revenden a precios especulativos”.
Y aunque la Cámara que agrupa a los comerciantes de Barcelona estima en 30% el cierre de establecimientos, la cifra es mayor si se suman los negocios que han cambiado de ramo, en un intento por sobrevivir a la actual vorágine.
Crece el temor
Al referirse a los intentos de saqueo que se han registrado en algunas partes del estado, entre ellas Puerto La Cruz, Kobrosly señala que se trata de un problema generado por la escasez, subrayando que si los consumidores pudieran disponer de los productos de primera necesidad en cualquier establecimiento, no ocurriría el caos que se presenta cada vez que llegan alimentos de la canasta alimentaria a algún local.
Además advierte que entre la multitud que se dedica a hacer las colas, también se infiltran quienes aguardan con la intención de agitar y propiciar los saqueos. “Toda esa situación finalizará, cuando en el país se reactive la producción”, vaticinó.
Citó el caso del papel higiénico, cuya búsqueda ha cesado en las últimas semanas, luego que se elevara la producción y la gente comenzara a verlo con mayor regularidad en los anaqueles, es decir que la intermitencia es lo que hace que los consumidores al ver un producto, deseen acapararlo, porque ya no saben cuándo vuelve a la palestra.