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"Cayetana vivió como sintió", rezará epitafio de la Duquesa de Alba

Foto: Archivo

Una neumonía venció a la aristócrata española con la mayor cantidad de títulos nobiliarios del mundo

Con información de AFP

La duquesa de Alba, la aristócrata con más títulos del mundo, conocida por su vida social y sus excentricidades, falleció este jueves a los 88 años en Sevilla, provocando un alud de reacciones en una España fascinada por su figura.

Hospitalizada el domingo en esta ciudad debido a una neumonía, "por su expreso deseo" la duquesa había sido trasladada el martes a su domicilio sevillano, el lujoso Palacio de las Dueñas, donde estuvo rodeada de su familia y de una fuerte expectación mediática.

María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva "ha fallecido, fue esta mañana", anunció este jueves un portavoz del palacio, a cuyas puertas se agolpaban periodistas y admiradores.

Nacida el 28 de marzo de 1926 en Madrid, en el seno de una de las familias más ilustres de España, era la noble con más títulos del mundo -cinco veces duquesa, una condesa-duquesa, 18 marquesa, 18 más condesa y una vizcondesa-, según el Libro Guinness de los Récords, fruto de una complicada combinación de matrimonios entre sus ancestros a lo largo y ancho de Europa.

Educada en Londres y París antes de instalarse en España, desde su juventud la duquesa fue uno de los personajes predilectos de la prensa rosa, que había hecho un gran despliegue en 2011, cuando, ya anciana, la excéntrica aristócrata, conocida por su melena blanca rizada y su espontaneidad, se casó en terceras nupcias con un funcionario 25 años más joven.

Con sabor a escándalo familiar, esa boda había suscitado la oposición de sus seis hijos. Para convencerlos, la duquesa decidió distribuir entre ellos su fabulosa fortuna, estimada, según la prensa, en entre 600 millones y 3.500 millones de euros (entre 850 y 5.000 millones de dólares).

Los sevillanos pueden darle el último adiós en una capilla ardiente instalada desde la tarde en el ayuntamiento de Sevilla, cuyo alcalde, Juan Ignacio Zoido, fue uno de los primeros en reaccionar. "Doña Cayetana siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla", afirmó en Twitter.

Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, llamaron por teléfono a la familia para trasmitirles su pésame y enviaron coronas de flores, según la Casa Real.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, alabó a la duquesa por un trabajo de mecenazgo y conservación del patrimonio artístico "imprescindible para comprender el desarrollo de la historia de España y de Europa", en un telegrama de condolencias.

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ofreció a la Casa de Alba la célebre catedral de la ciudad para celebrar en ella unas exequias cuya fecha y detalles aún se desconocen.

Según fuentes de la cofradía sevillana del Cristo de los Gitanos, la duquesa, devota de esta figura, a la que solía cantar una saeta cuando pasaba en procesión frente a su palacio cada Semana Santa, pidió que parte de sus cenizas fueran depositadas bajo el altar mayor de ese templo, que ella misma financió.

"Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió", era el epitafio que la aristócrata decía haber elegido para su sepultura, en un libro de memorias publicado en 2011 y que fue éxito de ventas en España.

Su hijo mayor, Carlos Martínez de Irujo, duque de Huéscar, se convirtió en el nuevo jefe de la Casa de Alba, fundada en el siglo XV, pero los títulos de la duquesa deben ser distribuidos entre sus herederos.