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Familias de clase media luchan para poder mantenerse a flote

Profesionales y técnicos venezolanos deben hacer sacrificios para subsistir sin tener que renunciar a cierta calidad de vida, pero ello implica gastar hasta cuatro salarios mínimos por mes

Niurka Franco

La clase media venezolana, otrora llamada “pequeña burguesía” por quienes veían con ojeriza su status poco definido, ni pobres ni ricos, es prácticamente una especie en extinción, cuyos días transcurren  en una eterna preocupación por cuadrar cuentas que siempre terminan en rojo.

Y es que las familias ubicadas en este golpeado estrato, deben hacer malabarismos para subsistir, porque no están en el nivel de quienes reciben los beneficios del Estado, pero tampoco en el de aquellos cuya holgura económica les permite superar sin problema los escollos que la crisis impone cada día.

Cuando tocamos el tema del aumento al salario mínimo, otorgado por el presidente Maduro a los trabajadores, Mariela Velázquez  respira profundo y traga grueso porque según explica, requiere un mínimo de cuatro salarios mínimos para poder cubrir el gasto mensual de su familia.

“En casa somos cuatro personas dos niños, mi esposo y yo, ambos trabajamos y entre los dos sumamos 20  mil bolívares mensuales, los cuales no nos alcanzan para cubrir la totalidad de los gastos, siempre tenemos que  hacer uso de las tarjetas de crédito para comprar la charcutería, productos de higiene personal o medicinas”.

Observa que sólo la cuota mensual del colegio equivale a 3 mil bolívares porque son dos niños, a lo que suman 2 mil bolívares por concepto de transporte, para un total de 5 mil bolívares.

“Ya por ahí tenemos un poco más de un salario, puesto que con el aumento que aún no se ha hecho efectivo de 15%, quedará en 4 mil 889,11 bolívares.

A este gasto recurrente según explica, se suma el de electricidad, el cual se ubica entre 1mil 100 y 1200 bolívares. Cable e internet 1500 bolívares, pago de crédito hipotecario: 750  bolívares. Condominio: 2000  bolívares para un total de 10 mil 450 bolívares.

Si a eso le sumamos la canasta normativa, que son los alimentos esenciales y que  según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación  Venezolana de Maestros, estima en 15mil bolívares, tendríamos que  Mariela Velázquez cuyo ingreso familiar es de 20 mil bolívares, enfrenta un déficit presupuestario superior a los 10 mil bolívares, porque a los gastos descritos habría que sumar otros como medicinas, pago de tarjetas de crédito, ropa, calzado, gasolina y  mantenimiento del vehículo.

Una burla

Para Carolina de Hernández, el “aumento” de 15% decretado recientemente y que comenzará a regir a partir del primero de diciembre es una mofa para los trabajadores, pues implica que éstos pasarán a ganar 141,71 bolívares por día. “Es decir que un día de salario permitirá al trabajador adquirir medio cartón de huevos, porque el precio del cartón es de 280 bolívares”.

Hernández detalla que dedica buena parte de sus días a cuadrar cuentas para no tener que arrastrar pasivos. “Mi gasto quincenal es de 9 mil bolívares sin comprar comida, eso es otro asunto, porque nunca sabemos con exactitud cuánto tenemos que disponer, porque los precios suben cada día”.

Con una escopeta a cuesta

Judith y Armando son profesionales, ella médico y él ingeniero, ambos aseguran que siempre llegan al final del mes sin dinero. Confiesan que anteriormente podían cubrir todos los gastos de la casa con 15 ó 20 mil bolívares y les alcanzaba para algunos gustitos, como por ejemplo salir a cenar con la familia, comprar regalos de cumpleaños e incluso celebrarlos. “Ahora gastamos entre 30 y 40 mil bolívares y siempre quedan cuentas por pagar”.

Si algo queda claro para quienes se desenvuelven en este estrato social que se niega a sucumbir, es que nunca como ahora habían tenido que hacer uso de sus aptitudes y talentos para poder aumentar sus ingresos. “Los profesionales casi que nos construimos un día de 48 horas, para ganar dinero y andamos con la escopeta a cuestas para matar cuanto tigre se nos presente”, bromeó Lizbel Gómez, para luego subrayar “ Nos quieren ahogar, pero nosotros haremos lo imposible por mantenernos a flote”.