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Desaparece el mar de Aral

Foto: cortesía de Nasa

Fotos de la NASA muestran a este cuerpo de agua, alguna vez el cuarto lago más grande del mundo, casi seco.

Con información de Voz de América

Alguna vez el cuarto lago más grande del mundo, el mar de Aral en Asia Central se ha estado secando desde 1960.

Imágenes obtenidas en agosto por el satélite Terra de la NASA muestran la cuenca oriental del mar de Aral casi sin agua.
 
“Esta es la primera vez que la cuenca oriental se ha secado por completo en los tiempos modernos”, dijo dijo a la NASA Philip Micklin, un conocido geógrafo y profesor emérito de la Universidad de Western Michigan y experto en el mar de Aral.

"Y es probable que sea la primera vez que se haya secado por completo en 600 años”, agregó.

Micklin atribuye la contracción del lago en 2014 a menos lluvia y nieve en las montañas lejanas, lo que redujo considerablemente el flujo de agua al río Amu Darya que alimenta el lago. Además, el caudal del río se desvía constantemente para el riego de tierras de cultivo de las regiones circundantes.

Las recientes fotografías de la NASA documentan las metamorfosis de un hermoso cuerpo, una vez lleno  de agua, a una cuenca prácticamente vacía.
 
En la década de 1960, la Unión Soviética llevó a cabo un importante proyecto de irrigación de agua para abastecer a las áridas planicies de Kazajstán, Uzbekistán y Turkmenistán en torno al mar de Aral. Los dos principales ríos de la zona - Amu Darya y Syr Darya - se utilizaron para abastecer de agua a las granjas de algodón y otros cultivos abiertos en el desierto.

El desierto floreció como resultado, pero a expensas del lago.

"A medida que el lago se secó, la pesca y las comunidades que dependen de ellos se derrumbaron", señaló la NASA en su comunicado que acompañó la publicación de las fotografías. "El agua cada vez más salada se contaminó con fertilizantes y pesticidas. La dispersión del polvo del expuesto lecho del lago, contaminado con productos químicos agrícolas, se convirtió en un peligro para la salud pública”.

La pérdida continua de agua del mar de Aral también contribuyó al cambio climático, haciendo los inviernos más fríos y veranos más cálidos y secos, señaló el comunicado.