La opinión publicada en las redes sociales es ahora un delito, pues 140 caracteres pueden alterar el orden público o desequilibrar al gobierno 

Caracas. Evely Orta

Aunque parezca una pésima novela de ficción, en Venezuela hay por lo menos seis tuiteros presos en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) por expresar su opinión sobre la situación del país.

La opinión publicada en las redes sociales es ahora un delito, pues 140 caracteres pueden alterar el orden público o desequilibrar al gobierno, según las autoridades venezolanas.

“Tuitear ahora es un delito" se lee en las redes, ante las detenciones realizadas en los últimos días por el Sebin.

Para el Foro Penal Venezolano, la situación corresponde a una “persecución política” con la que el Estado busca “amedrentar” a quienes apelan a los 140 caracteres para denunciar y criticar al Gobierno.

Esta organización no gubernamental se encuentra defendiendo a los detenidos, entre ellos los administradores de la cuenta Negra Hipólita o @Hiipolita, que serán presentados este viernes en el Tribunal 33 de control en Caracas, informó Alfredo Romero su director.

Por su parte, Celia Dao, coordinadora regional de la organización defensora de los derechos humanos y defensora de Inés González Árraga,  advirtió que estas medidas por parte del Gobierno “evidencian que existe censura y violación a la libertad de expresión en el país. Estamos en presencia de una persecución política dirigida a quienes opinan en Twitter”.

Inés Margarita González Árraga, científica de 41 años de edad, la primera en ser detenida, permanece desde el pasado 8 de octubre en una celda del Sebin en Caracas, tal y como lo ordenó el juzgado 13 de control en el Zulia. Desde su traslado, @Inesitaterrible, como se le conoce en la red social, permanece incomunicada y sin la posibilidad de recibir luz natural.